Los amigos de Miguel Fraifer le festejaron los 90 años con un emotivo viaje a San Juan

"Olé, olé, olé, olé, olé, Cholo, Cholo". Miguel Freifer encabezó el grupo de casi 20 amigos que recorrió un poco más de 1.200 kilómetros para darle la sorpresa más especial a sus 90 años. A puro cántico y aplausos, con lágrimas desparramadas por muchos de ellos, ingresaron por el pasillo principal del Olimpia Patín Club, donde "Cholo" dio sus primeros pasos con el stick y la bocha y de grande conquistó la camiseta que es debilidad para cualquier deportista: la albiceleste. Un emotivo regalo que gestionaron los muchachos de Tandil, la "familia" que eligió cuando dejó su San Juan natal por trabajo.

"Para mí es una cosa muy grande, una satisfacción esto que han hecho. A este grupo lo conocí hace años, hemos estado juntos mucho tiempo, y me han dado una alegría enorme al venir a mi club. Ellos son mi familia, desde el primero que conocía hasta el último. Además, me tratan como si fuera un hijo, me llevan a todas partes; me cuidan mucho", expresó el exhockista a Tiempo de San Juan, cuando la noche estaba empezando y había otras sorpresas por descubrir.

Se trató de una velada única que fue soñada desde hace muchos años, pero planificada desde hace unos pocos meses. Miguel Mazzone, amigo de "Cholo", fue el ideólogo de todo. Claro que acompañó el resto, quienes integran la Peña Brochet de Jabalí, todos gastronómicos y hoteleros de Tandil.

"Hace muchos años que venimos pensando en traerlo acá. Y justo se dio que este año cumplía 90 años, y empezamos a señar hoteles y demás cosas. Acordamos venir en esta fecha por el tema del calor. Estamos con una felicidad total, porque le pudimos dar este gusto. Es como un nene que cumplió su sueño", expresó el amigo.

Miguel no sólo pudo celebrar sus 90 años en el club de sus amores, rodeado de amigos, sobrinos y nietos, sino que además se dio el gusto de reencontrarse con dos viejos amigos e históricos del hockey sanjuanino, como Héctor Victoria, otro que integró el primer seleccionado que jugó un Mundial, y también con Miguel Gómez. No faltaron los abrazos, tampoco las charlas.

Por Carla Acosta para Tiempo de San Juan