Deportes. Central Norte ascendió a la Primera Nacional

Central Norte lo logró. Hizo realidad un sueño que se le negó durante 37 años: ascendió a la Primera Nacional al derrotar a Sarmiento de La Banda (Santiago del Estero) por penales 4 a 3, tras igualar cero a cero en los 90 minutos reglamentarios, en la infartante gran final del Federal A, que se jugó en el estadio Bicentenario de Catamarca.

La espera se hizo larga. Pasaron 37 años, con sufrimiento, con la malaria misma durante los años 90 y 2000 cuando no pasaba del Anual, temporadas largas y frustrantes, con barras desunidos, con peleas dirigenciales que en alguna época eran moneda corrientes. Mucha mierda pasó bajo el puente. Perdón, mucha agua.

Se consideró en ciertos momentos como una utopía, pero tantos años de intentar y fracasar, finalmente trajeron sus frutos, y vaya qué frutos; el cuervo se consagró campeón del Federal A y la próxima temporada competirá en la segunda categoría del fútbol argentino.

El análisis o desarrolló del partido, en circunstancias tan especiales y de tanta algarabía, queda de alguna manera en segundo plano porque se cumplió el objetivo final.

Es completamente anecdótica la final que se disputó en Catamarca, porque ya no importaba si el equipo jugaba bien o mal, debía ganar y volver a Salta con el ascenso.

Luego de la fricción, el miedo al error, la intensidad y la actitud para suplir con fuerzas lo que futbolísticamente no se daba, llegaron los penales, donde Central tuvo en el arquero Leonardo Rodríguez la gran, pero la gran figura: atajó dos ejecuciones, uno con el hombro roto, porque así de héroe fue "Calidad", luego del primer remate se dislocó el hombro izquierdo y así siguió atajando, con masajes de por medio, volvió a pararse debajo de los tres palos. El cordobés que llegó al cuervo para esto, para ser un héroe.

Por delante de él hubo un equipo que fue muy regular en los 27 partidos que disputó en la campaña, porque Central Norte fue claramente el mejor del certamen, el que más punto sacó, el que más goles metió, fue simplemente el mejor.

Porque tuvo un plantel unido, un goleador como el "Colo" Lesman, un capitán como Molina en la defensa, y una zona de volante para todos los gustos, y todo de la mano de un entrenador más cuervo que ninguno, el Tano Víctor Riggio, pocos como él merecían tamaña alegría. Un párrafo aparte para el ídolo, Diego Magno, el referente que con humildad cedió su lugar y lloró como un nene.

Ni bien el árbitro Viñas marcó el final del encuentro, llegó un tremendo desahogo, de los 13 mil -o más- hinchas del cuervo en el estadio, del plantel mismo que terminó siendo uno solo con un llanto emocionado, y las lágrimas brotaron, el "dale campeón" no demoró en retumbar en todo el estadio.

Fuente: Diario El Tribuno