26 de abril de 2025
El decano del Colegio Cardenalicio presidió la misa exequial del Papa, celebrada en la Plaza de San Pedro, evocando el legado del pontificado de Francisco.
El cardenal Giovanni Battista Re, al presidir este sábado 26 de abril, la misa exequial del Papa Francisco (1936-2025) elogió su capacidad de estar "en medio del pueblo" y de abrir la Iglesia a todos.
"Fue un Papa entre el pueblo, con un corazón abierto
a todos. También fue un Papa atento a las novedades de la sociedad y a lo que
el Espíritu Santo inspiraba en la Iglesia", dijo el decano del Colegio
Cardenalicio en su homilía durante la Eucaristía, celebrada en la Plaza de San
Pedro.
Los funerales del Santo Padre, fue concelebrada por los
cardenales y patriarcas de las Iglesias orientales católicas.
El cuerpo del Papa fue colocado frente al altar, tras ser
trasladado desde el interior de la Basílica de San Pedro, antes de la misa,
mientras las campanas repicaban.
El momento fue resaltado con un aplauso de la multitud
que llenó la Plaza de San Pedro.
El decano del Colegio Cardenalicio dijo que los
participantes llegaron al Vaticano "con el corazón triste, pero sostenidos
por las certezas de la fe".
"La manifestación popular de cariño y apoyo que
hemos presenciado en estos días, tras su paso de esta tierra a la eternidad,
nos muestra cuánto ha tocado las mentes y los corazones el intenso pontificado
del Papa Francisco", destacó.
A pesar de su fragilidad en este tramo final y de su
sufrimiento, el Papa Francisco eligió seguir este camino de entrega hasta el
último día de su vida terrena. Siguió los pasos de su Señor, el Buen Pastor,
que amó a sus ovejas hasta dar la vida por ellas. Y lo hizo con fuerza y serenidad,
junto a su rebaño, la Iglesia de Dios".
El Papa de los gestos
El cardenal Re destacó los "innumerables"
gestos y peticiones del Papa en favor de los refugiados, los desplazados y los
más pobres.
"Es significativo que el primer viaje del Papa Francisco
haya sido a Lampedusa, una isla que es símbolo del drama de la emigración, con
miles de personas ahogándose en el mar", añadió, entre aplausos de la
multitud.
En su homilía el purpurado también recordó sus 47 viajes
internacionales, en particular el que realizó a Irak en 2021, "desafiando
todos los riesgos", para encontrarse con una población que "había
sufrido tanto la acción inhumana del Estado Islámico".
"Fue también un viaje importante para el diálogo
interreligioso, otra dimensión relevante de su trabajo pastoral",
continuó, recordando el último viaje, en septiembre de 2024, con escala en
Timor Oriental, cuando Francisco llegó "a la periferia más periférica del
mundo".
La homilía destacó la trayectoria de Jorge Mario
Bergoglio, como jesuita y arzobispo de Buenos Aires, y el momento en que fue
elegido como sucesor de Benedicto XVI, el 13 de marzo de 2013, asumiendo el
inédito nombre de Francisco.
"La decisión de adoptar el nombre de Francisco
surgió inmediatamente como la elección del programa y del estilo sobre el que
quería basar su pontificado, buscando inspirarse en el espíritu de San
Francisco de Asís", destacó el decano del Colegio Cardenalicio.
El cardenal Battista Re recordó el "carisma de
acogida y escucha" del difunto Papa, que "tocaba los corazones,
tratando de despertar energías morales y espirituales".
Mensajero de la paz
"Ante el estallido de tantas guerras en los últimos
años, con horrores inhumanos e innumerables muertes y destrucción, el Papa
Francisco no ha cesado de alzar su voz implorando paz y llamando al sentido
común, a negociaciones honestas para encontrar posibles soluciones, porque la
guerra -dijo- es solo muerte de personas y destrucción de casas, hospitales y
escuelas", añadió.
En cuanto a la vida interna de la Iglesia, el presidente
de la celebración destacó que el pontífice argentino "conservó su
temperamento y su forma de guía pastoral, dejando inmediatamente la huella de
su fuerte personalidad".
La intervención recordó "el contacto directo con
cada persona y con las poblaciones" de un Papa "deseo de estar cerca
de todos, con particular atención a las personas en dificultad, gastándose sin
medida, en particular por los últimos de la tierra, los marginados".
"Tenía una gran espontaneidad y una manera informal
de dirigirse a todos, incluso a aquellos alejados de la Iglesia", añadió
el cardenal decano.
Con su vocabulario característico y su lenguaje rico en
imágenes y metáforas, buscó siempre iluminar los problemas de nuestro tiempo
con la sabiduría del Evangelio, ofreciendo una respuesta a la luz de la fe y
animándonos a vivir como cristianos los desafíos y las contradicciones de estos
años llenos de cambios, que le gustaba definir como "cambio de
época".
El cardenal italiano recordó que Francisco era alguien
"dotado de un gran calor humano y profundamente sensible a los dramas de
hoy", que "con un mensaje capaz de llegar al corazón de la gente de
manera directa e inmediata, se dedicó a consolar y animar".
Una casa para todos
La reflexión del cardenal Giovanni Battista Re destacó la
preocupación del Papa por la evangelización y la "convicción de que la
Iglesia es una casa para todos; una casa con las puertas siempre abiertas".
"El Papa Francisco siempre dio centralidad al
Evangelio de la misericordia, subrayando repetidamente que Dios no se cansa
nunca de perdonarnos: perdona siempre, sea cual sea la situación de la persona
que pide perdón y vuelve al buen camino", insistió.
En contraste con lo que llamó la "cultura del
descarte", habló de la cultura del encuentro y de la solidaridad. "El
tema de la fraternidad recorrió todo su pontificado con tonos vibrantes".
También fueron recordados como un legado del pontificado
que buscaba "construir puentes y no muros" la firma del documento
sobre la "Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia
común" en 2019, durante el viaje a los Emiratos Árabes Unidos, o la
encíclica 'Laudato si' de 2015 sobre la ecología integral.
En la Plaza de San Pedro hay delegaciones oficiales de
160 países e instituciones internacionales, entre ellas Portugal, así como
representantes de diversas Iglesias cristianas y de otras religiones, que
tuvieron la oportunidad de pasar delante del féretro, para presentarle sus
últimos respetos.
"Dirijo un saludo y un cálido agradecimiento a los
Jefes de Estado, a los Jefes de Gobierno y a las delegaciones oficiales que han
venido de muchos países para manifestar su afecto, veneración y estima por el
Papa que nos ha dejado", dijo Mons. Giovanni Battista Re.
Reza por nosotros
Querido Papa Francisco, te pedimos ahora que reces por
nosotros y que, desde el cielo, bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma,
bendigas al mundo entero, como hiciste el domingo pasado, desde el balcón
central de esta Basílica, en un abrazo final a todo el Pueblo de Dios, pero
también, idealmente, a la humanidad que busca la verdad con corazón sincero y
mantiene en alto la llama de la esperanza.
Al final de la Misa, tiene lugar la 'Ultima Commendatio'
(última recomendación) y la 'Valedictio' (despedida).
Según datos de las autoridades locales, citados por el
Vaticano, "alrededor de 200.000 personas asistieron al funeral".
Entre los participantes hay numerosos jóvenes y
adolescentes, que hasta el domingo celebran el Jubileo de los Adolescentes, en
el Año Santo convocado por el Papa.
Después de la misa, el féretro es transportado por las
calles de Roma en un coche abierto hasta la Basílica de Santa María la Mayor,
donde el pontífice eligió ser enterrado.
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