15 de febrero de 2025
Cata tiene 14 años y desde muy chiquita le tocó transitar un tratamiento oncológico. Un tumor de wilms diagnosticado a los 3 meses de vida, fue el comienzo de un largo camino. Hoy en el Día Internacional del Cáncer Infanto Juvenil, ella y su mamá Stella, cuentan en La Lupa Random, cómo es superar el cáncer.
Por: Lorena Medina (@negraloremedina) y Florencia Pendás (@pendasflorencia)
Hoy se conmemora el Día Internacional del Cáncer Infanto Juvenil, un día en el que se busca que la población se informe acerca de la importancia de la prevención y la detección temprana. Particularmente, éste año, el lema es bregar por un acceso igualitario a la atención de los niños y adolescentes con cáncer.
Catalina Valderrey comenzó a transitar el cáncer desde
los 3 meses de vida. "De un día para el otro, la pancita de Cata se inflamó muchísimo,
la llevamos a Hospital de Niños, le hicieron una ecografía y ahí nos dijeron
que había que viajar urgente a Bueno Aires", cuenta su mamá Stella. "Se la
llevaron en ambulancia con su papá y médicos. No me dijeron nada, sólo un
familiar que estaba acompañando me dijo -preparate porque es cáncer-". Esa
misma noche viajé y cuando llegué, había muchos médicos con ella, le hicieron
todos los estudios y a los dos días nos dijeron que había un tumor en un riñón,
que había que operar urgente porque no se podía achicar con quimioterapia".
Stella tiene un tono tranquilo al hablar, pero se nota la
angustia al recordar cada momento vivido. "La operaron y un 2 de enero nos
llamaron para decirnos que el 6 teníamos que estar allá, también nos informaron
que por 6 meses tendríamos que quedarnos en Buenos Aires. Para mí fue mucho
porque tenía a mis otros hijos, entonces organizamos que tres días estaba allá
con ella y tres acá con sus hermanos. El papá estuvo en Capital permanentemente
porque no tenía trabajo. Yo era el sustento de mi familia así que tenía que
seguir. Los días que estaba en Buenos Aires algunos médicos me habían dado
trabajo así que podía sumar algo más, además de verla y estar con ella."
Con los tratamientos también llegaron las complicaciones,
la infiltración de un catéter le produjo una quemadura en su cuerpito que la
llevo a tener que suspender la quimio hasta recuperarse.
Pero era Cata y parece que para ella si la cosa no viene
complicada, no tiene vértigo. Hoy se acuerda y se ríe, pero Stella supo que
Cata venia en camino a los 7 meses de gestación, ya tenía otros hijos, pero un
día se sintió un poco mal en su trabajo, tuvo un desmayo y se fue a la salita.
Ahí le dieron la noticia, un mes después, la bella Cata estaba naciendo de
manera prematura (8 meses) y cuando se estaban acomodando a la nueva
integrante, los atravesó el diagnóstico.
Cata no recuerda casi nada de los pasajes más duros de la
enfermedad, pero con el correr de la nota, va dando indicios de momentos que se
han grabado en su memoria. Registros de dolores físicos, de caras, olores,
lugares y lo saludable es que puede contarlo con mucha naturalidad. "Me acuerdo
de la cara del médico que me pinchaba el catéter, además de que me dolía un
montón, él tiene una cara...lo odio", dice mientras nosotras y su mamá la
acompañamos con una sonrisa.
Recuerda otros momentos con médicos y lo mejor de todo,
las medialunas con jamón y queso que venden en el bar frente al Hospital
Gutiérrez.
LA VIDA DE CATA
Hoy, Cata hace una vida normal. Va a la escuela 15 "Luis
Alberto Spinetta", y de vez en cuando se junta con amigos y amigas.
Continúa con controles en el Gutiérrez y en Bahía Blanca
y sólo resta completar algunos estudios para el alta definitiva que podría
llegar en agosto, el mes de sus 15 años.
Su principal interés pasa hoy por los entrenamientos y la
competencia de gimnasia en Ferro. "Me gusta mucho lo que hago, el año pasado
fue muy difícil para mí y me alejé, pero ahora volví, estamos haciendo la
pretemporada y estoy muy entusiasmada", cuenta Cata.
El año pasado, no fue fácil para la familia, porque
falleció su papa y un hermano, eso, emocionalmente fue un shock que Cata
gestionó como pudo, junto a su mamá y sus hermanos, pero también con el apoyo
de Valeria y Walter, sus entrenadores. "Ellos se dan cuenta de todo, entonces
cuando me ven medio mal se acercan, me preguntan, o me sacan para hablar,
porque si no estoy concentrada me puedo lastimar."
Ella se consagró campeona nacional de Nivel 3 en 2023 y
este año apunta a competir en el Nivel 8. Entrena todos los días entre 3 y 4
horas y ama hacer suelo; paralelas y viga es lo que más difícil le resulta.
"Con esos aparatos no me llevo del todo bien, hubo torneos en los que la pase
mal y me cuesta no tenerles miedo".
Para Cata la gimnasia es una disciplina, pero también es
un lugar que la aloja y le permite hacer, desplegar, sentirse libre. "Trato de
no pensar demasiado, pero sí me doy cuenta de que me encantan las cosas que
hago en gimnasia, a veces me sorprendo cuando me veo...me gusta".
STELLA Y CATA
En su mayoría las madres de niños o niñas con
dificultades de salud, tienen un rol relevante en el día a día y eso también
hace que la relación sea diferente a la de cualquier madre e hijo/a.
Pero, además, en éste caso, también atravesaron pérdidas
y dificultades de salud de Stella que le dejaron algunas secuelas y
limitaciones.
Sin embargo, nunca pensó en otra opción más que en
"seguir adelante". "Tuve miedo por ellos, Cata era muy chiquita...no pensé mucho,
sólo pedí. Tengo mucha fe, es duro, es feo, pero tengo mucha fe y ahora tengo
la tranquilidad de que tenemos mucha protección allá arriba", dice Stella con
tanta emoción como fortaleza.
Cuando ellas se miran se encuentran y hay un amor que se
respira, "Cata tiene un carácter muy fuerte, pero cuando ella quiere se deja
llevar. Sino, hay que imponerse, está en una edad difícil. Cuando podemos vamos
juntas a la sede de JANO, siento que ahí tenemos un Angel, para mí estar ahí
con Alejandra (NdR mamá de Jano y fundadora de la asociación), es devolver un
poquito de todo lo que me dieron. A veces siento que es mucho amor el que me
dan y me pregunto ¿por qué a mí?"
Se titulan como "medio ariscas y poco demostrativas" pero
para definirse una a la otra son contundentes. "Es re buena mamá, la quiero
mucho, nos da todo", dice Cata, mientras que para Stella "Cata es el milagro en
mi vida".
MAS INFORMACION
IG @janoportodos
www.rednacional.org
IG
@sisptandil
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