Gabriel Veloso. De Chile a Tandil con su arte callejero

Por Lorena Medina (@negraloremedina)

Desde hace unos años el muralismo se ha instalado con gran fuerza en la ciudad, no sólo en paredes "abandonadas" sino en obras en construcción, en casas y también en edificios estatales.

Hay muchos muralistas locales que viajan por el mundo llevando su arte, pero esta vez nos visitó un artista chileno que llegó a la ciudad a pintar contratado por Piedra Angular, una empresa de desarrollos inmobiliarios.

Gabriel Veloso, estuvo durante la semana realizando dos murales. El primero El Perdón, en una obra en Santamarina al 500 y luego El Milagro, en Garibaldi al 900. Ambos con un nivel de detalle y dedicación impecables.

"Las obras son de un pintor neuquino, Alejandro Pelaez y yo hago una adaptación para plasmarlas en murales, de manera que el resultado final es un cincuenta por ciento de él y el otro cincuenta mío", le contó a La Lupa Random, Gabriel quien nos dedicó unos minutos en pleno trabajo.

Para comenzar lo primero con lo que se encuentra es con una madera, allí marca algunas líneas principales, hace los fondos con acrílico y el resto, los brillos, las sombras y los detalles son realizados en aerosol. Para terminar, en estos casos, se dio una mano de pintura anti grafitis pensando en la durabilidad, ya que serán cobertores que se irán "mudando" para utilizarlos en las distintas obras en construcción.

"Cada mural me llevó dos días más o menos, yo voy mirando los proyectos del diseño en el celular, pero de repente salen cosas que hay que improvisar. Siempre nos adecuamos a los pedidos que hagan los clientes, yo no tengo restricciones, pinto lo que sea...me gusta".

Así como a Tandil, su talento lo ha llevado a lugares como Neuquén, Mendoza y Misiones, dentro de Argentina, pero también a en Bolivia, México, Canadá y Alemania.

"Desde el 2001, comencé a hacer grafitis en mi ciudad, Temuco, pero en 2010 ya le di un rumbo más profesional, después de estudiar la carrera de diseño gráfico, después de haber tenido un intento fallido en la carrera de Ingeniería Forestal...no era lo mío", concluyó Gabriel entre risas.

Sus comienzos fueron como el de tantos otros "me gustaba rayar los trenes, y grafitear, esas cosas. Vi una vez en mi pueblo que pasaba un tren de la Capital todo grafiteado y me gustó...quise hacer eso. Empecé a hacer arte callejero, iba a los encuentros de hip hop con amigos y tal. En 2010 pintaba gratis algunos murales para mostrar lo que hacía y después llegaron los pedidos con cierto contenido en colegios, municipalidad, negocios, fábricas. Allí pude dedicarme a tiempo completo y vivir de esto. Después con mi amigo y socio creamos @alapinta y con las redes sociales, ya ni siquiera sabes desde donde te ven y empezamos a viajar".

A Tandil llegó con su mujer embarazada de 4 meses y su hijo de 4 años, que pudieron recorrer un poco la ciudad mientras Gabriel se metía en su mundo de acrílicos, colores y aerosoles.

La aventura en nuestro país continúa con unos días en CABA pero sólo para recorrer, ir a la Bombonera (aunque es hincha del Colo Colo) y conocer algo de la movida cultural porteña.

Para Gabriel no hay días que no estén pintados de colores, disfruta mucho de lo que hace no sólo cuando ve el trabajo terminado sino de todo el proceso. "Me gusta todo lo que gira alrededor de cada obra, me pongo mi musiquita, charlo con la gente, me tomo mis momentos, no hay día que me resista a pintar".

Esta breve charla con este simpático artista chileno de 40 años, es otra muestra de cómo el arte es una forma universal de comunicarse. En este caso la pintura y el muralismo como puente para expresarse y mostrar belleza. "He visto que hay mucho arte en la ciudad, es muy lindo, me cruce con varios murales hermosos, son un gran aporte al paisaje".

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