04/08/2021
En plena crisis económica y con la pobreza en aumento a lo
largo y ancho del país, en el contexto de la pandemia, la ciudad de Tandil
resuena en medios nacionales en comparaciones con polos de modernidad y con
anuncios de inversiones millonarias. Históricamente destacada por sus
serranías, picapedrera, con un fuerte movimiento social por la preservación de
las Sierras más antiguas del mundo, habitada desde antaño por pueblos
originarios, realza también por su dinamismo en la actividad agropecuaria,
metalúrgica e industrial, comercial, de servicios informáticos y educativos
(incluyendo universitarios de grado y posgrado). Además, existen varias
experiencias de permacultura y agroecología, así como iniciativas cooperativas
y de economía social, solidaria y popular. En este contexto las autoridades
proponen planes de gobierno basados en la promoción de chiqueros de cerdos para
exportación y paneles "verdes" con el trigo de Bioceres.
El día martes 29 de junio se firmó una carta de intención
para la fabricación de paneles a base de rastrojo de trigo en el Parque
Industrial (ubicado a ocho 8 km del centro de la ciudad) entre el Municipio de
Tandil con Bioceres, la Cooperativa Falucho (una conocida cooperativa de
vivienda de la ciudad) y Ortech Industries, de origen australiano, para la
provisión de equipamientos Durra Panel. Mediante este convenio la empresa
PlatConstrucciones se radica en Tandil, adquiriendo un predio en el parque
Industrial. La propuesta suma una inversión de diez millones de dólares, y promete
130 puestos de trabajo generar en 6 meses (aunque desde la cooperativa
señalaron que llegan a veinte). El acuerdo se promociona para la "construcción
verde", como una "oportunidad disruptiva, que resulta de avanzada para América
Latina.
Acto seguido, el día jueves de la misma semana el Intendente
anunció una exitosa reunión con la embajada de China en la que, según se
enunció literal en medios gráficos locales, "ofreció el Parque Industrial para
instalar un frigorífico de capitales chinos", en el marco de una agenda de
vinculación internacional en la que el Municipio de Tandil busca "demostrar la
capacidad de nuestro territorio para recibir inversiones chinas". Cabe señalar
que desde 2019, la firma de origen tandilense Cagnoli se convirtió en una
destacada proveedora de cortes de carne porcina a China, por lo que ha sido
tomada como ejemplo en el contexto de las negociaciones del acuerdo que gestiona
el gobierno nacional con el país asiático que ha recibido el rechazo desde
múltiples sectores. En este contexto se recuerda una frase que resonaba con las
primeras medidas para la gestión de la pandemia en Argentina: "el virus no te
busca a vos, sino que vos vas a buscar al virus" (Alberto Fernández dixit).
Entre otros aspectos se advierte que Argentina se convertirá en un "importador
de pandemias" y se cuestiona la falta de estudios previos de impacto ambiental
la escasa participación ciudadana y la falta de transparencia en la
información.
Emplazada en la zona núcleo de expansión del agronegocio, la
ciudad serrana es gobernada por el radicalismo desde hace 18 años, a través de
una coalición articulada en torno a la figura del intendente. Las propuestas de
ambientalismo de mercado son bien recibidas por una administración en la que se
presentan varios casos de "puerta giratoria recurrente". Por ejemplo, como nota
de color, al mismo tiempo que el ejecutivo local desplegaba su agenda de vinculación
internacional e inversiones "verdes", renunciaba a su cargo el Director de
asuntos agrarios del Municipio para dedicarse a la gestión de un frigorífico, y
fue reemplazado por un hasta entonces administrador de una empresa agropecuaria
de la ciudad, que integra la Cámara Agroindustrial de Tandil y participa en
reiteradas ocasiones en programas AGTECH.
Respecto de los paneles de rastrojo de trigo, según detalló
el Director de Estrategia de Bioceres, a fin de garantizar los estándares por los
que se rige el negocio, se busca "un trigo producido también con cierto
protocolo, para que el producto que vos tengas, tenga una huella de carbono
menor que cualquier otro que un trigo tradicional". En lo que sigue el director
de estrategia declara que "Nuestro trigo tiene un impacto ambiental positivo
con respecto al trigo tradicional porque es un trigo que tiene mayor eficiencia
del uso de agua, fija más carbono, está rodeado de un paquete tecnológico
diferente, productos biológicos específicamente desarrollados para el trigo HB4
y para las zonas de producción. Todo ello nos da un valor ambiental
diferenciado". La propuesta se presenta con un discurso ambiental de mercado,
incluso la prensa local propicio confusiones con referencias a "paneles solares",
en un intento por reforzar el greenwashing o lavado verde. Tales declaraciones
encendieron una alarma entre quienes advierten en estas palabras un llano
anuncio de la introducción un nuevo paquete tecnológico basado en transgénicos
y agrotóxicos, ni más ni menos que en el trigo, base de la alimentación
argentina.
Entre otros impactos asociados, el paquete tecnológico de
transgénicos y agrotóxicos genera presión de formas varias sobre el territorio,
involucra el avance de la frontera agrícola y de la transgénica, contamina el
suelo y las aguas, provoca pérdida de biodiversidad y degradación ecosistémica,
conlleva deforestación, acaparamiento de tierras, acaparamiento de aguas,
despoblamiento rural, conflictividad territorial y concentración económica. El
sistema agroalimentario así planteado resulta sumamente petrodependiente
(intensivo en maquinarias, fertilizantes y biocidas de origen químico) y, en
consecuencia, favorable al calentamiento global: se estima que el 23 % del
total de emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero (2007 a 2016)
proviene de la agricultura y cambios en el uso de la tierra, a lo que podríamos
anexar las emisiones que se generan en el transporte y traslado para la
distribución y comercio globales.
En materia de cuestionamientos a los impactos del
agronegocio en el partido de Tandil, desde agosto de 2019 cobró visibilidad el
conflicto por las fumigaciones, cuando profesionales de la UNICEN demostraron
la presencia de 16 agrotóxicos en el agua y suelo de 15 escuelas rurales.
Actualmente la discusión sobre el marco normativo se encuentra abierta, y
vecinos y vecinas organizadas en la Junta Vecinal reclaman el cumplimiento de
la medida cautelar dispuesta por el juez, que aleja las fumigaciones aéreas a
2000 metros y las terrestres a 500 metros de casas, escuelas, poblados, pozos y
cursos de agua. Este pedido, junto con el apoyo al proyecto de ordenanza para
prohibir las fumigaciones aéreas con agroquímicos y poner una distancia mínima
a las terrestres de 2000 metros de lugares habitados y cursos de agua,
presentado en 2019 a través de la Banca 21 (mecanismo participativo) en el
Concejo Deliberante por profesionales de la UNICEN y desde la ONG BIOS, ha sido
respaldado por cuarenta y seis mil firmas, presentadas tanto a las autoridades
locales como a las provinciales.
En Tandil el proyecto instalación de una fábrica de paneles
de rastrojo de trigo es percibido como un "caballo de Troya" que amenaza la
intromisión del transgénico de Bioceres HB4 en el territorio. El trigo de
Bioceres resulta ser el primero modificado genéticamente del mundo que busca
ser comercializado, y recibió el rechazo rotundo de más de mil científicos y
científicas que mediante una carta alertaron sobre los riesgos para la salud y
el ambiente que significa este transgénico, y sobre los procedimientos poco
transparentes en el proceso de decisión. El trigo transgénico HB4, producto de
la asociación entre Bioceres e Indear (aprobado por la CONABIA desde 2015). Fue
autorizado en Argentina por la resolución 41/2020 del Ministerio de
Agricultura, en octubre pasado, aunque frente a las controversias surgidas
quedó sujeto a su aprobación en Brasil (16), actualmente pendiente por
inconsistencias en el estudio de impacto ambiental. En la provincia de Buenos
Aires distintas organizaciones sociales, agricultores/as y pueblos originarios
presentaron una acción de amparo ambiental colectiva para que se suspenda la
liberación del trigo HB4, entre quienes firmaron productores agroecológicos y
vecinos/as de Tandil.
El HB4 tiene su código genético (ADN) con genes que lo hacen
resistente a la sequía y al glufosinato de amonio. Este herbicida es
peligrosamente letal para los seres vivos que contribuyen naturalmente a
mantener los ecosistemas, deteriora enormemente la calidad del agua dulce
(acelerando la eutrofización) y contamina las napas subterráneas, siendo 15
veces más tóxico que el difundido glifosato (17). El HB4 también amenaza a las
variedades de semillas nativas y criollas, debido al riesgo de contaminación
genética. En Tandil se producen unas 200.000 toneladas de trigo (siendo trigo
el 10% de lo que se cultiva en el partido).
La carta de intención firmada con Bioceres resulta una
amenaza para las variedades de semillas de trigo locales. A ello se suma la
imposibilidad de evitar la mezcla en los procesos de transporte y acopio de
granos, poniendo el riesgo de la presencia de estos venenos y transgénicos en
las harinas, que constituyen la base de la alimentación argentina. El transgénico
es un alimento inseguro (no solo a través del pan, sino en los múltiples
formatos en los que el trigo se presenta en una cultura alimentaria basada en
las harinas de este cereal: pastas, tartas, galletas, masas, postres, etc.). A
través de los transgénicos nuestra dieta se restringe a medida que se pierde la
biodiversidad, y cada vez comemos una variedad más limitada de
cultivos/alimentos.
Por su parte, el informe "Los daños y riesgos de los paneles
de trigo impulsados por Bioceres" considera la cantidad de rastrojo que se
extraerá (lo que se propone es la cosecha de hasta el 20%) que implica la
extracción materia orgánica que es necesaria para mantener la fertilidad del
suelo, los problemas vinculados al almacenamiento (como riesgo de incendio y
contaminación) y el transporte, y las características monopsónicas y
monopólicas que se perfila en la propuesta, así como el sesgo
capital-intensivo, agregando aspectos que llevan a cuestionar el proyecto considerando
dimensiones tanto sociales como ambientales de su sustentabilidad. Por lo
demás, vecinos y vecinas a través de un extenso comunicado asimismo
cuestionaron la falta de información y de consulta, y exigieron "acciones
acordes a los principios de la política ambiental de nuestro país,
especialmente los de participación, prevención y precaución, priorizando el
bien común, la salud pública y la conservación de los bienes naturales del
pueblo tandilense" alertando que "deviene urgente proteger y defender nuestra
Soberanía Alimentaria". Al tiempo que ponían en valor las múltiples
experiencias locales y regionales de construcción natural y agroecología, que
constituyen alternativas presentes reales y cercanas para un futuro ambiental y
saludable.
La controversia por el acuerdo entre Bioceres, Ortech, la
Cooperativa Falucho y el Municipio de Tandil se da en el contexto de las
fuertes discusiones sobre el modelo productivo que atraviesa a Argentina, y de
la urgente construcción de alternativas en pos de una transición justa y
soberana hacia futuros habitables. Tandil parece dirimirse en un escenario de
avanzada en términos de iniciativas de greenwashing o maquillaje verde para
justificar la continuidad del agronegocio, especialmente colando venenos y transgénicos
de los que es dependiente, y los consecuentes efectos sociales y ambientales en
el territorio. Frente a este escenario laten resistencias múltiples, a través
de las cuales se revitaliza la imaginación sobre los escenarios que se abren a
futuro. Se presentan serias dudas respecto del desarrollo que se promueve
mediante decisiones que son tomadas sin participación ciudadana, sin
diagnósticos ambientales y que, de consumarse, resultan en una grave hipoteca a
futuro, violentan nuestro Patrimonio y nos convierten en campos de
experimentación de semillas modificadas genéticamente, venenos y otras
tecnologías corporativas. Sería deseable que estas circunstancias contribuyan a
abrir un amplio debate ciudadano informado, democrático y participativo, tal como
lo prevé el Acuerdo de Escazú (Ley Nacional 27.566) sobre las alternativas al
desarrollo propuesto.
Por Virginia Toledo López (*) para Huerquen
Tandil, agosto de 2021
(*) Investigadora CONICET. Dra. Cs. Sociales (UBA) - Junta
Vecinal por un Ambiente Saludable de Tandil
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