30/10/2018
La mañana del 17 de agosto quedó grabada en la mente de Alejandro Maciel, el defensor que había llegado a fines de junio para reforzar el plantel de Santamarina, cedido por el Club Talleres, para que pudiera hacer experiencia con sus apenas 21 años.
Ese día, el entrenador Guillermo Pereyra había citado al plantel para un entrenamiento matutino y por la noche, jugarían un encuentro amistoso con Olimpo de Bahía Blanca en el Estadio San Martín.
Alejandro Maciel, junto a los suplentes hacían fútbol, cuando en una jugada, el defensor saltó a cabecear y al caer, no apoyo bien el tobillo y enseguida noto un ruido raro en el pie. De allí directo al hospital Santamarina. En un principio se hablo de fractura pero "fue una luxación, por suerte no hubo rotura ni de huesos ni de tendones, ni nada mas grave. Se desplazo el tobillo y eso provoco una inflamación", recuerda el jugador oriundo de Misiones.
Al principio le costó pensar en que no sería posible estar entrenando con el plantel por un tiempo largo, convivir con el yeso y soportar el reposo. Pero ahora con otra perspectiva, rememora los primeros días de lo que hasta ahora es la primera lesión complicada que le toca atravesar. "Fue un mes de yeso y al principio mucho reposo. Me daban ganas de ir a ver los entrenamientos y estar ahí, pero también sentía mucha bronca. Vine a ganar experiencia en la cancha y me pasa esto…pero bueno el tiempo fue pasando con los viajes a Córdoba, porque en Talleres también querían estar al tanto de cómo venia mi recuperación".
Sin dudas, en el fútbol, como en la vida misma, los momentos difíciles son obstáculos que hay que sortear para seguir adelante en busca de cada objetivo planteado. Y para eso es fundamental la fortaleza mental, pero también el apoyo del entorno, y a pesar de Alejandro está lejos de su gente, tuvo los sostenes que necesitaba. "La verdad es que tuve mucho apoyo tanto de Talleres como de Santamarina y de mis compañeros. El respaldo de mi familia como siempre y el de mi novia que siempre me acompaña, sin todo este apoyo hubiera sido un poco más complicado ser positivo en un principio", cuenta Maciel.
Ahora todo eso empieza a ser una anécdota porque hace dos semanas comenzó a caminar en la cinta en el consultorio del kinesiólogo y ayer ya se sumó al plantel en el Predio Centenario para realizar movimientos diferenciados pero en el marco de la práctica de todo el equipo, ya sintiéndose parte nuevamente.
"La verdad es que estoy muy contento de haber estado en el entrenamiento, tengo muchas ganas de volver a jugar, pero sé que hay que ir despacio, sin apurarme. Empecé a trabajar en la movilidad del tobillo, a caminar y hacer sentadillas. Sé que es lento, y las expectativas son llegar bien a la pretemporada de mitad de torneo, para poder arrancar con todo la segunda parte", comentó.
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