Luego de la multitudinaria Marcha por el Trabajo, se desarrolló el viernes una mesa de diálogo entre la CTEP Tandil y el jefe de Gabinete del Gobierno comunal, Julio Elichiribehety.
Al respecto, uno de los presentes, Nicolás Carrillo manifestó que “venimos planteando hace un tiempo que necesitamos un compromiso más fuerte de la Municipalidad para con los trabajadores de la economía popular. El jueves se movilizaron más de mil, pero el universo es aún más amplio, son 5 mil las familias que se desempeñan en la economía popular, en las changas, los que se inventan un trabajo”.
Para Carrillo, "la política de dar planes sociales y comida en los últimos 20 años no resolvió nada, al contrario, recrudeció la pobreza y los problemas sociales".
"La deuda social en Tandil es muy significativa”, puntualizó.
En esta ciudad, hay mil familias alcanzadas por la Ley de Emergencia Social, a través de la CTEP; otras 4700 que cobran la Asignación Universal por Hijo que no tienen empleo formal, y más de 2 mil que reciben una tarjeta alimentaria, o sea, que viven en condiciones de pobreza o indigencia preocupantes.
“Nuestro planteo al Municipio es contundente: transformar los planes sociales en trabajo", sostuvo Carrillo. "Ya estamos avanzados en esos temas, pero hay que hacer un esfuerzo y ampliar esta política".
Marcó que " a sólo el 15 por ciento de estos trabajadores logramos formalizarlo, es decir que estén en una cooperativa, que tengan un lugar de trabajo, que tengan derechos laborales y sociales. Queremos llegar al 80 por ciento el próximo año, pero para eso el Municipio se tiene que comprometer con algo".
En ese sentido, desde CTEP se presentó un proyecto de ordenanza y el lunes "se lo vamos a acercar a los concejales".
La ordenanza está basada en tres ejes: el primero es emular la experiencia de la Cooperativa El Laurel, que está trabajando en el saneamiento del Arroyo Langueyú. "Sabemos que el Municipio puede contratar a cooperativas para obras de infraestructura de pequeña escala, y las cooperativas, como contraparte, desarrollar un proceso muy intenso en mano de obra y generar muchos puestos de trabajo".
Por otro lado, también el “compre cooperativo. Tenemos una experiencia que es Coopeva, que podemos amplificar, donde trabajan catorce mujeres. Estaban desocupadas y hoy tienen un lugar de trabajo, maquinarias, se capacitaron y tienen proyección. Confeccionan mensualmente 2 mil bolsas que la Municipalidad distribuye para reemplazar las bolsas de polietileno".
El tercer eje es una línea de fortalecimiento para las unidades productivas: se desarrollaron muchos espacios de trabajo, más de quince entre cocinas comunitarias, viveros, forestación, carpinterías, herrerías, etc. "Necesitamos ayudas en herramientas para consolidar esos espacios de trabajo.
Para 2018 el presupuesto superara los 1800 millones de pesos. En la ordenanza solicitamos 4 millones para tener un impacto en mil familias, un impacto que signifique trabajo con derechos. Creo que la situación lo amerita", concluyó el dirigente de CTEP.