19/11/2017

Locales

Mensaje del Obispo Manuel Salaberry por la Primera Jornada Mundial de los Pobres



Queridos amigos:
Francisco nos convoca este domingo 19 de noviembre a la primera jornada mundial de los pobres. En el mensaje que acompaña e ilumina esta jornada nos da los motivos de su iniciativa. Su lectura nos ayuda a formar nuestra conciencia creyente y sus párrafos nos llaman con urgencia a la acción concreta a favor de los pobres. De este mensaje extractaré algunos párrafos.
“Al final del Jubileo de la Misericordia quise ofrecer a la Iglesia la ?Jornada Mundial de los Pobres, para que en todo el mundo las comunidades cristianas se conviertan cada vez más y mejor, en signo concreto del amor de Cristo por los últimos y los más necesitados. Quisiera que, a las demás Jornadas Mundiales que son ya una tradición en la vida de nuestras comunidades, se añada ésta, que aporta un elemento delicadamente evangélico y que completa a todas en su conjunto, es decir, la predilección de Jesús por los pobres.” (...)
“Pues todos los pobres —en el decir del beato Pablo VI— pertenecen a la Iglesia por «derecho evangélico» y obligan a la opción fundamental por ellos. Compartir con los pobres nos permite entender el Evangelio en su verdad más profunda. Los pobres no son un problema, sino un recurso al cual acudir para acoger y vivir la esencia del Evangelio.” (...)
“En este domingo, si en nuestro vecindario viven pobres que solicitan protección y ayuda, acerquémonos a ellos: será el momento propicio para encontrar al Dios que buscamos. De acuerdo con la enseñanza de la Escritura, sentémoslos a nuestra mesa como invitados de honor; podrán ser maestros que nos ayuden a vivir la fe de manera más coherente. Con su confianza y disposición a dejarse ayudar, nos muestran de modo sobrio, y con frecuencia alegre, lo importante que es vivir con lo esencial y abandonarse a la providencia del Padre.”
Especialmente este domingo, comienzo de la Jornada Mundial de los Pobres; día consagrado al Señor en que celebramos y festejamos con alegría el triunfo de Cristo, hacemos presente de modo particular y esencial las palabras de Nehemías al pueblo de Dios: “...coman bien, beban un buen vino y manden una porción al que no tiene nada preparado, porque este es un día consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, porque la alegría en el Señor es la fortaleza de ustedes.”
Con todo afecto en el Señor y la Madre del Rosario.
Hugo Manuel Obispo

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