El titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, consideró que la
división de la CTA Autónoma liderada por Pablo Micheli es una "sinrazón
absoluta" y cuestionó la idea de "armar centrales como si fueran un
kiosquito", al referirse a la deserción del secretario adjunto Ricardo
Peydró de la central que conduce el dirigente de los estatales.
"Hoy tendrían que estar más unidos que nunca porque esa disputa se da en un
gremio que es ATE, donde los compañeros están luchando por los despidos en
el Ministerio de Educación", reflexionó el dirigente gremial en
declaraciones a radio Delta.
Para Yasky, "no basta con alquilar un local, conseguir dos garantes y decir
que tenés una nueva central", al referirse al nuevo espacio denominado
CTA-Perón que conduce Peydró y se mostró a favor de "dirimir con el voto
de los afiliados y no con el capricho de un par de dirigentes".
"Creo en la democracia sindical y en el voto de los trabajadores para
definir cuándo empieza o termina el ciclo de un dirigente", aseguró frente
a la polémica desatada en las filas de la CTA que conduce Micheli.
En la semana se conoció la noticia de la deserción del secretario adjunto
de esa central, Ricardo Peydró, quien resolvió alinearse con el titular de
ATE nacional Hugo "Cachorro" Godoy, para constituir un nuevo espacio
sindical: la CTA-Perón que cuenta en sus filas con la Federación de
Portuarios, Jerárquicos del Cuero y los Agentes de Propaganda Médica que
encabeza Peydró.
En rigor, la división política en esta central sindical existe desde
septiembre de 2015, cuando el sector de Pablo Micheli cayó en las
elecciones de la filial Capital de ATE, frente a Daniel Catalano, que
reporta en la CTA de los Trabajadores, del kirchnerista Hugo Yasky.
En cuanto a su postura con relación a la reelección indefinida de los
dirigentes políticos y sindicales, Yasky respondió que "depende de los
dirigentes y de su compromiso" y destacó "el sacrificio y la lucha de
Ongaro (Raymundo), Tosco (Agustín), o Germán Abdala" al distinguirlos de
los dirigentes "que se atornillan a un sillón, obturan los canales de la
democracia y se la pasan a los besos de lengua con las patronales y el
gobierno".