10/09/2017

Locales

El intendente Lunghi entregó la llave de la ciudad al padre Raúl Troncoso



En un Salón Blanco del Palacio Municipal colmado, ayer por la mañana, el intendente Miguel Lunghi entregó la llave de la ciudad al Padre Raúl Troncoso, la distinción fue otorgada por el Municipio al reconocido sacerdote por su extensa trayectoria e incansable trabajo pastoral y social en la comunidad.

El encuentro, en el que también se celebró el octogésimo aniversario del natalicio de Raúl Troncoso, contó con la participación de funcionarios comunales, concejales representantes de instituciones de la ciudad y miembros de la comunidad religiosa.
En primer lugar el Padre Marcos Piccaroni repasó los hechos más importantes de la obra que Raúl realizó en la ciudad y relató algunas de las experiencias vividas por ambos en los años que se conocen y entregó al intendente un ejemplar de una publicación especial que realizaron para homenajear al sacerdote.
Luego el intendente Lunghi expresó: “llegamos hoy aquí después de recorrer un largo camino. Pero llegamos como esos viajeros que siempre, aun cuando ha sido difícil, cuando nos han tocado momentos de incertidumbre, de angustia y oscuridad, hemos tenido a nuestro lado el fulgor luminoso del hombre que nos enseñaba el camino. Toda comunidad y toda una generación de vecinos hemos hecho ese viaje de la mano de Raúl. Lo hicieron los feligreses de siempre de la histórica Iglesia Matriz, y también lo hicieron aquellos vecinos que tal vez habían perdido el camino de la Parroquia, y a los que el padre Raúl recuperó como un milagro de la fe, es cierto, pero también a partir de su palabra y su tarea pastoral”.
“Yo lo veo. Como todos pudimos verlo. Lo vemos a través del espejo de la memoria en las múltiples imágenes de ese viaje que Raúl aún sigue haciendo con nosotros. Lo veo bajo la lluvia una desapacible tarde de los años noventa, caminando por la calle junto a un puñado de vecinos que pedían justicia por Gilda Mansilla, una empleada doméstica asesinada. Lo veo también en aquella década de espanto, de cara a la tragedia encabezando una multitudinaria Marcha de Silencio por el asesinato del joven remisero Fabián Garmendia. Lo veo caminando, pues, contra la impunidad.”, agregó.
En su discurso el jefe comunal continuó diciendo: “lo veo en la mirada de cada abuelo, lo veo en cada andamio, en cada ladrillo, de las entrañables Casitas de la Esperanzas que se levantaron y que fueron su sello y el credo de su misión. Lo veo renovando ese ejemplo de solidaridad social que es Cáritas y desvelado por la infancia en riesgo que posibilitó la creación de Pajaritos de la Calle. Lo veo emprendiendo la laboriosa dignidad del techo propio a través del impulso en las viviendas de autoconstrucción.
Veo un sacerdote que está en el mundo para abrazarse a la palabra de Dios y desde allí cambiarlo con obras ejemplares que lo trascenderán. Lo veo en una y en todas las capillas de la ciudad, en una y en todas las misas. Lo veo en el púlpito de la Parroquia y también en ese púlpito íntimo, privado y confesional de la charla personal con cada vecino. Lo veo rezando y lo veo también actuando”.
“Lo veo a Raúl y escucho su nombre. Y ocurre esta cuestión que es tan simple, tan bella y tan profunda: cuando un hombre empieza a ser llamado por sus vecinos ya no por su título, ya no por su profesión, ya no por su rol en la comunidad, sino, entrañablemente, por la cercanía íntima de su nombre de pila. Porque desde hace muchos años el cura párroco, el sacerdote, el hombre del alma buena, es llamado así, sencillamente Raúl, como se lo llama a un familiar, a un ser querido o un amigo más”, señaló.
El jefe comunal también destacó el trabajo de construcción de una red de contención social en los momentos más difíciles y de crisis, “para que los sectores más vulnerables de nuestra ciudad tuvieran la ayuda de las muchas instituciones que aportaron el concepto de responsabilidad social como sinónimo de solidaridad, de mano tendida, de amor por el prójimo”.
“La impronta que deja el padre Raúl en su praxis pastoral, es uno de los legados fundamentales de su figura. Pero lo que lo ha hecho imprescindible entre nosotros, que hoy le entregamos la simbólica Llave de la Ciudad, es un don que le regaló Dios: el de la empatía, el de poder adentrarse con al alma y el cuerpo en los zapatos del otro, en los dolores del otro, el de haber llegado hace muchos años a Tandil con la biblia en una mano y una llave en la otra. Es la llave con que abrió el corazón de centenares de tandilenses para que la vida fuera menos dura, un poco más bella, un poco más justa, desde la niñez hasta la vejez, sabiendo que en los momentos más difíciles del viaje, a la hora que fuera, del día que fuera, ahí siempre estuvo nuestro querido cura párroco para tender la palabra justa, el gesto cálido, el abrazo fraternal de esos curas llamados a quedar en la historia, pero sobre todo a transformarla para un mejor vivir de las almas buenas de los vecinos que más lo necesitan. Felices 80 años, querido Raúl. A no aflojar que todavía queda mucho por hacer”, completó.
Mientras se presentaba el Coro Alterados Ensamble, el intendente Lunghi, acompañado por los secretarios de Desarrollo Económico Local, Jaime Feeney y Protección Ciudadana, Atilio Della Maggiora, entregó las llaves de la ciudad al Padre Raúl.
“Agradezco este reconocimiento que me otorgan y no me puedo más que pensar en el trabajo en conjunto con la comunidad y la Municipalidad a lo largo de estos 30 años”, comenzó diciendo Raúl, para continuar recordando su llegada a Tandil a la Parroquia Nuestra Señora de Begoña y todos los sacerdotes que lo acompañaron estos años en la Parroquia del Santísimo Sacramento.
“Me llevó varios años recorrer toda la jurisdicción, que es muy grande y heterogénea, por eso ni bien llegué al Santísimo quise conocer a la gente, sus actividades, las instituciones. Lo primero que surgía en las recorridas que hacíamos y en las charlas con los vecinos era la necesidad de espacios religiosos y fue así que las capillas ocuparon un lugar central en el proyecto parroquial. De esta manera pudimos terminar o ampliar las capillas de San José Obrero y María Auxiliadora y emprendimos la construcción de Guadalupe y Dolores, lo mismo con las distintas comunidades rurales que atendemos como Gardey, Fulton, Iraola y los parajes”, indicó.
“Siempre buscamos que nuestro crecimiento socio religioso y comunitario fuese de manera continua, comenzamos a trabajar con grupos, instituciones y movimiento de la parroquia, se fundó Caritas, luego vinieron los scouts, pero también los universitarios, las instituciones de la ciudad, pensando en las necesidades de la gente y en la búsqueda de respuestas concretas. Allí surgieron las casitas de la Esperanza, las residencias para universitarios, la autoconstrucción de viviendas, entre muchas otras cosas. Todo este trabajo lo hicimos sintiéndonos parte de un proyecto en el que reconocemos que lo religioso adquiere múltiples facetas”, completó.
La trayectoria del Padre Raúl
Raúl Reynaldo Troncoso nació en Rafaela, provincia de Santa Fe, el 8 de septiembre de 1937.
En Marzo de 1949, a los 11 años, ingreso en el Seminario Nuestra Señora de Guadalupe de la ciudad de Santa Fe. Allí terminó de cursar el bachillerato y prosiguió los estudios de filosofía y teología.
Recibió su ordenación sacerdotal en manos del Obispo Monseñor Vicente Zazpe, el 23 de diciembre de 1961 en la Catedral “San Rafael”, convirtiéndose así en el primer sacerdote de la recientemente creada diócesis de Rafaela.
Desde 1961 recorrió varios destinos desplegando una intensa tarea pastoral. El Concilio Vaticano II había reformulado muchas de las prácticas ligadas a la acción pastoral. Troncoso, como muchos de su tiempo, supo leer con gran lucidez estos cambios y vientos de renovación que llegaban al mundo de la Iglesia. De allí que el contenido de su acción pastoral de aquí en adelante tendrá un fundamento: servir a todos desde el profundo encuentro con Cristo y sus hermanos. Desde su fundación, en 1967, integró el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, desempeñándose como delegado de la regional Rafaela.

En 1973 se recibió de Técnico en Ciencias de la Educación, realizando una especialización en Chile. Su compromiso social con los más pobres, su adscripción al peronismo y el trabajo articulado con distintas instituciones religiosas y políticas de Rafaela, fueron las razones para su detención y encarcelamiento entre 1976 y 1981.
Al quedar en libertad, se radicó en la ciudad de Azul, incardinándose en esta diócesis.
A principios de 1988 fue designado en Tandil para atender la Parroquia Nuestra Señora de Begoña en Villa Italia, y a los pocos meses fue nombrado administrador parroquial del Santísimo Sacramento, parroquia en la que aún permanece y trabaja. Durante estos años ha emprendido y desarrollado junto a muchos colaboradores, una profunda acción pastoral y social. Ha sido impulsor de nuevas Capillas, movimientos e instituciones religiosas tendientes a fortalecer la presencia y el acompañamiento religioso en nuevos espacios de la ciudad.
Al mismo tiempo ha llevado adelante una importante tarea relacionada con la promoción social y la dignidad humana a través del trabajo de Caritas y con organizaciones sociales. Entre otras obras en Tandil se destacan la creación de RADIO AM 1180 y la incorporación de Radio María, el Museo de Arte Religioso, la creación de nuevas capillas, el complejo para la tercera edad Casas de La Esperanza y Hogar de La Esperanza, la construcción y ampliación de viviendas, la creación o el impulso a organizaciones que estad al servicio de la atención integral de la familia o de otras necesidades, tales como Ayuda Solidaria, Rincón Solidario, Pajaritos de la Calle, Edificando el Futuro, Pastoral Universitaria, Banco de Alimentos Tandil, Instituto Superior Tandil, y presidió el Consorcio de Gestión Compartida para el Desarrollo Local colaborando así con los municipios de la región.
Una de las tareas a la que más esfuerzo ha dedicado ha sido la del acompañamiento y la formación permanente de sacerdotes de todas las regiones del país, a través de retiros, jornadas, encuentros.
El 25 de noviembre de 2010 el Estado Nacional, a través de la Secretaría de Culto de la Nación, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, le hizo entrega de un reconocimiento por su Compromiso con la Justicia Social y los Derechos Humanos.

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