En esta oportunidad los alumnos del taller literario representarán un breve guion creado por ellos.
El miércoles 14 de diciembre a las 18.30 hs. En la Biblioteca Rivadavia –San Martín 516-
Entrada libre y gratuita- (almasliteratas@gmail.com)

Compartimos el cuento escrito por una de las integrantes del taller.
Y FUE EL CHIMANGO…NO MÁS
Un día de examen de la carrera de Archivología, estábamos reunidas en el pasillo de la facultad, esperando nuestros turnos, los nervios nos carcomían, por ello se originaban todo tipo de conversaciones, las de rutina de examen, consultas con respecto a la materia a rendir, etc. ¡un final! de Video, imagen y sonido. De repente, en medio de la charla, notamos que estaba ausente una compañera, que era excelente alumna y de las que nunca faltaban.
Cala:- ¿Y Laura? ¿No vino aún? ¿Dónde está?
- ¿Qué extraño? ¡nunca falta!-comenté
Graciela: -No, no viene a rendir, ¡como para rendir está la pobre!
Cala: ¡No! ¿Qué ocurrió?
¿Qué pasó? No sabemos...Mmm…¿ Algo malo?-atiné a decir
Graciela: -¿Qué les parece? Falleció el padre, ¿no se enteraron?
Cala y yo (casi al unísono): ¡NOOO! ¡Obvio que no!
Graciela: -¡Lo mató un chimango! ¡Qué desgracia! ¡Imagínense!
En ese momento, Graciela desparece de escena y nosotras dos seguimos conversando.
Yo pensaba en voz alta:- ¿Cómo puede ser? ¿un chimango asesino?… ¡Nunca escuché!
Cala -En mi casa, hay uno en el patio y siempre se para arriba del mismo árbol, todos los días, y hasta le damos de comer con los chicos....
Luego, junto con otras compañeras discerníamos acerca del desafortunado hombre, imaginándolo todo despellejado, sangrando, picoteado, ¿cómo podía ser que un chimango matara a una persona? Nos preguntábamos.
-¡Es increíble! ¡Dios mío! ¿Esos pajarracos ordinarios mataron a un ser humano?, ¡es espantoso!- no podía decir otra cosa.
Cala: ¡Qué terrorífico! y... debe ser una raza aparte, desconocida, como las hormigas asesinas, algo así... ¡aquí en la misma Pampa!
Cristina: - y pensar que nosotras creíamos que eran totalmente inofensivos, aves de la naturaleza que están porque están.....
No podía dejar de sentirme indignada y repetía:- ¡asesino! ¡estaba muerto de hambre! ¡para atacar de esa manera! ¡Horripilante!
Ninguna de nosotras podía entender la situación.
Sí, chicas..... ¡es muy lamentable! ¡Lo degolló! –agregó Graciela.
- ¿Cómo puede ser que un pajarito de la nada haya cometido semejante hecho? Comenté casi gritando…
Graciela se distrajo en parte... como ausente, preocupada por rendir, iba y venía y no se percataba de la profundidad que había adquirido la conversación. Cuando se dio cuenta exclamó:
. ¡Pero no! (riéndose) el chimango es una máquina que recoge el cereal en el campo, ¡fue una imprudencia del pobre hombre!
Todas juntas nos reímos a carcajadas limpias un buen rato.
A pesar de tremenda desgracia, este loco diálogo, había ocasionado risas incontenibles durante mucho, mucho tiempo…
Sonia Contizanetti